dilluns, 22 d’abril del 2019

Estampas de campaña (II)

Un pueblo de Andalucía quema y
 fusila un muñeco de Carles Puigdemont

Respuesta de Carles Puigdemont


"Es un mensaje de odio, con toda la voluntad de generar odio. Es un acto en que participan menores, que han asistido como una cosa normal a la orgía de violencia desatada contra lo que represento. Es un acto indigno, impropio de ninguna sociedad civilizada".

"Mi compromiso es la independencia, la democracia, la libertad. Ninguno de estos compromisos no merece un fusilamiento ni una quema, al menos en una sociedad civilizada. Lamento mucho que el @PSOE partícipe de un acto de odio tan visceral e inhumano".

PD: El año pasado el Ayuntamiento de Coripe, publicó un Comunicado con motivo de la "fiesta" que se celebra en el pueblo.  En ella se comparaba a Miguel Carcaño, asesino de Marta del Castillo y la judas del 2018, Ana Julia Quezada, asesina confesa de niño Gabriel Cruz. Así, que después de este elenco tan selecto, este año han escogido a Carles Puigdemont. ¡De  momento no hay comunicado!






Estampas de campaña (I)


diumenge, 21 d’abril del 2019

Anormalidad electoral

Presó Preventiva


Exili


En plena campaña electoral, a falta de una semana para que los candidatos dejen de pasearse por las calles y mercados, los candidatos despliegan toda la escenografía habitual en estos casos. A la espera de blanquear a la ultraderecha en TV y unos candidatos en prisión preventiva (presos políticos) o bien desde el exilio. No hay normalidad, aunque ciertamente, en España se pueda hacer como si lo hubiera. 






Recomendaciones musicales







dissabte, 20 d’abril del 2019

Frases (in)actuales: Joan Fuster

En la nueva era de las "fake news", es oportuno repasar lo que decía Joan Fuster sobre el "charlatan". Es además especialmente oportuno en estas horas de campaña electoral, donde los candidatos -que buscan su acomodo en los diferentes niveles de la Administración-, hablan y prometen como descosidos. Es verdad que últimamente, no proponen sino que insultan. Son los nuevos tiempos descafeinados en los que lamentablemente vivimos.

Xarlata

«Homme libre, toujours tu chériras la mer? El vers —de Baudelaire— fa bonic: sembla de Víctor Hugo i tot! Però... Penso que, probablement, cap home del Mediterrani no seria sincer si lligava la idea de llibertat a la idea de mar. (…) Per a nosaltres, en. efecte, la llibertat és inseparable de la terra ferma —davant la mar— on som arrelats. Més encara: inseparable de la plaça del poble on habitem. Dic «la plaça»: l’àgora, el fòrum —si preferiu unes al•lusions decoratives. La societat del Mediterrani, fins ara mateix, s’organitza en ciutats: ni tan sols hem arribat —ho formulo, com tot, cum grano salis— a la nació. (…) La llibertat, en una plaça —en l’àgora, en el fòrum—, és, simplement, la llibertat de xerrar. Quan els homes del Mediterrani parlen de llibertat, no volen referir-se a res més. L’home del Mediterrani porta una cotorra política dintre seu. És una cotorra política, a seques. Afeccionats a xerrar, viciosos de la xerrameca, admirem els genis de l’especialitat. Per això el Mediterrani és, essencialment, una pedrera fèrtil de tribuns: tribuns de la plebs, en uns casos, o tribuns de la tirania, en d’altres. Però sempre tribuns: oradors, xerraires, xarlatans. (…)El dèspota és un personatge tan entranyable, per a nosaltres, que gairebé pertany —diríem— al folklore. Però el dictador mediterrani no escapa a la fatalitat del seu terrer: és un xerraire més, un xarlatà. (…) En uns altres llocs, l’autoritarisme es recolza en d’altres mèrits: el providencialisme, la dinastia, la ferocitat, el perfil heroic, el dogma doctrinari. Entre nosaltres, en tot cas, això ha d’avalar-se amb la típica —i tòpica— facultat perorativa. En bona part, la «dinàmica històrica» de les nostres societats gira entorn de la llibertat de xerrar: llibertat que reclamen els ciutadans per a ells, monopoli que els tirans s’apressen a reservar-se. Un dèspota lacònic tindria, entre nosaltres, ben poques possibilitats de durar. (…) Els súbdits, els ciutadans, els sotmesos, no aspiren a manar: s’acontenten de parlar, de xerrar. El tirà, de vegades, els concedeix una tolerant oportunitat d’esbravar-se en una oposició merament verbal.(…). Parlar — parlar a la plaça— és la nostra màxima il•lusió. Com a dictadors o com a dictats, els mediterranis volem parlar: xerrar. La mar? L’home «lliure» sempre chérira la plaça: l’àgora, el fòrum . (pàg.177-179)

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Un ejemplo...

Charlatan

[ El hombre libre, siempre amará la mar? El verso –de Baudelaire- es bello: parece de Víctor Hugo y todo! Pero... Pienso que probablemente, ningún hombre del Mediterráneo no sería sincero si ligaba la idea de libertad a la idea de mar. (…) Para nosotros, en efecto, la libertad es inseparable de la tierra firme –delante del mar- donde estamos anclados. Más aún: inseparable de la plaza del pueblo donde habitamos. Digo “la plaza”: el ágora, el fórum –si preferís unas alusiones decorativas. La sociedad del Mediterráneo, hasta ahora mismo, se organiza en ciudades: ni tan solo hemos llegado –lo formulo, como todo, cum grano salis- a la nación. La libertad, en una plaza –en el ágora en el fórum-, es, simplemente, la libertad de charlar. (…) El hombre del Mediterráneo  lleva una cotorra política dentro de él. Es una cotorra política, a secas. Aficionado a charlar, vicioso de la habladuría, admiramos los genios de la especialidad. Por esto el Mediterráneo es, esencialmente, una cantera fértil de tribunos: tribunos de la plebe, en unos casos, o tribunos de la tiranía, en otros. Pero siempre tribunos: oradores, habladores, charlatanes. (…) El déspota es un personaje entrañable, para nosotros, que casi pertenece –diríamos- al folclore. Pero el dictador mediterráneo no escapa de la fatalidad de tierra: es un  hablador más, un charlatán. En otros lugares, el autoritarismo se  apoya en otros méritos: el providencialismo, la dinastía, la ferocidad, el perfil heroico, el dogma doctrinario. Entre nosotros, en todo caso, esto ha de avalarse con la típica –y tópica- facultad perorativa. E buena parte, la “dinámica histórica” de nuestras sociedades gira en torno a la libertad de charlar: libertad que reclaman los ciudadanos para ellos, monopolio que los tiranos  se apresuran a reservarse. Un déspota lacónico tendría, entre nosotros, muy pocas posibilidades de durar*. (…) Los súbditos, los ciudadanos, los sometidos, no aspiran a mandar: se a contentan con hablar, charlar. El tirano, a veces, les concede una tolerante oportunidad de desfogarse en una oposición meramente verbal. Hablar –hablar en la plaza- es nuestra máxima ilusión. Como dictadores o como dictados, los mediterráneos queremos hablar: charlar. ¿La mar? “libre” siempre amara la plaza: el ágora, el fórum**. ] (“Diccionari per a ociosos”, pàg. 177-179)

Joan Fuster, Obres Completes/6 Assaig,2. Clàssics Catalans del Segle XX, edicions 62, Barcelona, 2ªed. 1992.

Nota:

* "Un déspota lacónico....". Franco era la excepción. Frente a otros dictadores, no es necesario dar nombres, porque salen inmediatamente, éste no tenía don de palabra, y sin embargo, gobernó con mano de acero una España en blanco y negro, que algunos nostálgicos, querrían volver de la mano de Vox a una España preconstitucional.

** La traducción es de antoni3


Egipto: Abu Simbel (III)

Día 5

Un poco de historia..





Abu Simbel, celebración del matrimonio sagrado*


Abu Simbel era el corazón de la Nubia sagrada a la que Ramsés II consagró tantos esfuerzos. Allí se construyó lo que puede considerarse la obra maestra arquitectónica de su reinado, implantada en un paraje desértico e inaugurada el año 24 [de su reinado, en el año 1255 a.C)].


El gran templo de Ramsés II

Ramsés no construyó menos de siete templos en Nubia, pero éste es el más colosal; una fachada de 30 m de alto por 35 de ancho, cuatro estatuas gigantescas que superan los 20 m de altura.




Llevando las coronas del Alto y el Bajo Egipto, con la serpiente uraeus en la frente y provistos de la barba postiza, los colosos, sentados en el trono, expresan un formidable poderío. Bajo sus sandalias, los enemigos del rey han sido vencidos para siempre.





Estamos en presencia del ka de Ramsés elevado a la potencia Cuatro o, dicho de otro modo, de su dominio de las cuatro direcciones del espacio. El «Toro amado por Maat» afirma su poder, que no es tiranía sino fuerza de vida.

Entre los colosos aparecen figuras femeninas de apariencia muy frágil con respecto a sus inmensos protectores. Son la madre, la esposa y las hijas de Ramsés II. Su papel nada tiene de decorativo; muy al contrario, es fundamental, puesto que mantienen la energía del ka y le permiten estar presente en los colosos.




Por encima del portal, en una hornacina, se encuentra un dios con cabeza de halcón: Re-Horakhty, el sol naciente, tantas veces celebrado en los templos nubios de Ramsés. En la mano izquierda, sostiene el cetro user, en la derecha, una efigie de la diosa Maat; y en su cabeza se encuentra el disco solar donde se encarna Ra: así se proclama uno de los nombres de Ramsés, User-Maat-Ra, «Poderosa es la armonía de la luz divina».



A la izquierda, al sur de la fechada, tres estelas. Una de ellas (n.º 2) recuerda un importante acontecimiento. En lo alto de la estela, el faraón sentado entre Amón-Ra y Ptah. Se acercan a él una muchacha seguida por su padre, que no es otro que el rey de los hititas a los que Ramsés combatió para impedir que invadieran Egipto. (...)


Wikipedia


A la derecha de la fachada, hacia el norte, se advierte una curiosa construcción, una especie de capilla abierta (n.º 3). (...). Este pequeño templo tenía la función de celebrar la luz creadora en sus diversas formas y puede afirmarse que aquí el Sol (Khepri) tenía cita con la Luna (Thot). Las dos potencias se casaban para animar el ka real e infundirle el máximo de energía.

El templo se compone de una gran sala, una sala intermedia y un sanctasanctórum. El suelo asciende y el techo desciende, y la unión del Cielo y de la Tierra es celebrada en el fondo del santuario.

Ocho colosos sirven de pilares para la gran sala de 18 m de largo (n.º 4). Representan al rey como Osiris, vistiendo un simple taparrabos. Los colosos de la izquierda (hacia el sur) llevan la corona blanca del Alto Egipto, los colosos de la derecha (hacia el norte), el «pschent» del egipcio pase-khemty, «las dos poderosas», es decir, la asociación de las coronas del Alto y el Bajo Egipto.



El tema principal de los relieves es la victoria de Faraón sobre sus enemigos, el triunfo del orden sobre el caos, de la unidad sobre la multiplicidad. Atum y Amón otorgan al rey el ken, la «capacidad de vencer».

(...) En la pared norte de la sala (n.º 6) se desarrollan los episodios de la famosa batalla de Kadesh, una plaza fuerte construida a orillas del Orontes. (...) Abu Simbel conserva la versión más legible de este drama consagrado al enfrentamiento entre egipcios e hititas.


Cortesía de José Francisco


A izquierda y derecha de la sala de pilares osiríacos se abren capillas rectangulares que se consideran como estancias para guardar los objetos rituales. La presencia de varias grandes divinidades (Atum, Amón-Ra, Ptah, Thot, Horus, Hator, Isis…) nos incita a pensar que, además de esta función probable, dichas salas servían también para entrar en conocimiento de las fuerzas divinas. Prosiguiendo nuestro camino hacia el sanctasanctórum, atravesamos una sala con cuatro pilares de poderosa apariencia (n.º 10). Su decoración se consagra a las ofrendas, a las barcas sagradas y al encuentro del rey con los dioses. En la sala más pequeña aún (n.º 11) que precede al santuario, Faraón hace ofrenda de vino, pan, incienso y flores, y presenta Maat a Thot.


Cortesía de José Francisco


Llega por fin el santuario (n.º 12), en el corazón de la montaña. Ante cuatro estatuas hay un altar que tal vez sirviera de depósito de barca y que simboliza la piedra fundamental del templo.

Las cuatro estatuas están esculpidas en la roca viva, indisociables por lo tanto de esta materia prima sacralizada por los escultores. ¿Quiénes son? Amón-Ra, soberano de Tebas; Ra-Horakhty, soberano de Heliópolis; Ptah, soberano de Menfis. Ahora bien, dicen los textos, tres son todos los dioses, y los tres son precisamente éstos. Representan el universo divino en su totalidad. La cuarta estatua es la de Faraón o, más exactamente, de la función faraónica expresada por suka.



Dos veces al año, los días 20 de febrero y 20 de octubre, los rayos del sol atraviesan el templo para llegar hasta el sanctasanctórum, pero sólo iluminan tres estatuas, nunca la de Ptah. El dios de la creación a través del Verbo, señor de los artesanos, permanece protegido en el secreto.


El templo de Nefertari

A unos 100 m al norte del gran templo de Ramsés II se edificó otro santuario en honor de la Gran Esposa real Nefertari, «Aquélla por la que el sol se levanta».



Seis colosos de 10 m de altura, de pie y en posición de marcha, sobresaliendo del plano del acantilado, forman la impresionante fachada. Dos de ellos encarnan el ka de la reina, soberana de la dualidad, «La que ve a Horus y Seth» en el mismo ser, y los otros cuatro, el ka del rey.

Nefertari lleva un tocado compuesto por dos altas plumas y cuernos entre los que aparece un sol. Es a la vez Hator, una diosa del cielo y la soberana de Nubia, y maneja los sistros que propagan armoniosas vibraciones.




Acompañan a Ramsés pequeñas estatuas de hijos reales; junto a Nefertari, las hijas reales. Unos y otras actúan como sacerdotes y sacerdotisas del ka.




El plano del templo, donde se han conservado en buen estado colores como el amarillo, el negro y el rojo, es sencillo: una sala de seis pilares cuadrados que da acceso, a través de tres puertas distintas, a un vestíbulo que precede al sanctasanctórum.



Galder Izarzugaza


Ramsés está presente en el santuario de su esposa y cumple en él dos funciones: la de jefe de guerra, vencedor sobre las fuerzas de las tinieblas, y la de ritualista que hace ofrendas a las divinidades. Sin embargo, la atmósfera del templo de la reina es distinta de la que corresponde al del rey. Los pilares están coronados por una cabeza de Hator, soberana del amor y de la alegría, hay numerosas ofrendas florales y la larga silueta de Nefertari ilumina los lugares con su gracia. Aquí reina el encanto mágico de la reina.




En la entrada del templo el rey ofrece flores a Hator, y la reina hace lo propio a Isis (n.º 1). En el reverso de la puerta, Ramsés, magníficamente protegido por Nefertari y por su ka, somete a los nubios y a los asiáticos en presencia de Amón-Ra y Horus (n.º 2).


                                


En los pilares, ofrendas de flores a las divinidades. En el muro de la izquierda, mirando al santuario, se ve al rey en el momento de recibir el collar menat de parte de Hator, que le asegura con ello una fecundidad espiritual (n.º 3). A continuación es coronado por Horus y Seth (n.º 4), una escena que insiste en el carácter creador de éste. La reina ofrece sistro y flores a Anukis (n.º 5), mientras el rey presenta Maat a Amón-Ra (n.º 6).

En el muro de la derecha, la reina, «provista» de un sistro y de flores, se encuentra con Hator (n.º 7); el rey ofrece flores a un dios con cabeza de camero, Harsaphes (n.º 8). La reina está frente a Hator de Dendera (n.º 9), esposa de Horus de Edfu, el rey ofrece vino a Re-Horakhty (n.º 10).

En el muro este del vestíbulo admiraremos una escena extraordinaria tanto por su tema como por su calidad artística: la coronación de Nefertari por Hator e Isis (n.º 11). Por encima de la puerta de la capilla de la izquierda, la reina ofrece flores a Hator, encarnada en el cuerpo de una vaca, llevando el sol entre sus cuernos e instalada en una barca, en medio de una espesa mata de papiros (n.º 12).


Galder Izarzugaza


Al ofrecer flores a la diosa Ptah-Uret, «la grande» (n.º 13), la pareja real actúa para que la potencia celeste anime la creación entera. Y el faraón ofrece flores a Hator en su barca (n.º 14) para que la diosa experimente el gozo y placer de los perfumes más sutiles.

A ambos lados de la puerta del sanctasanctórum, el rey ofrece flores a tres Horus y vino a Amón-Ra (n.º 15), flores a Khnum, Satis y Anukis (una tríada divina especialmente venerada en Nubia) y vino a Re-Horakhty (n.º 16). El aroma de las flores está vinculado a los misterios de Hator, el vino a los de Osiris.



En el sanctasanctórum (n.º 17) la pareja real está acompañada por dos diosas madre, Hator y Mut. En la pared del fondo, en el punto más secreto del templo, la vaca Hator emerge del otro mundo, cruzando la frontera de la roca para revelar, sobre su pecho, el ka real que tanto la diosa como la reina tienen el deber de traer al mundo cada mañana.


Los textos en cursiva son si no se dice otra cosa son de Christian Jacq, La guía de viaje al Egipto de los faraones, ed.Planeta.