dilluns, 10 de maig del 2010

La barbarie siempre tiene forma humana


La nueva entrega de Henning Mankell y su detective Wallander, titulada “La pista falsa” se adentran en esta nueva historia en un grado más de barbarie y crueldad.

Las historias se entrecruzan entre las vidas de la alta sociedad sueca y los bajos fondos. Los extremos se tocan. Las muertes violentas de un ex ministro de justicia, Wetterstedt, la de un marchante de obras de arte, Arne Carlman, la de un delincuente de poca sustancia, llamado Björn Fredman, y la de un personaje Ake Liljendren, dedicado al mundo de los negocios, llevan a Wallander y a su equipo a situaciones límite.

Además, el suicidio en un campo de colza de una joven cuyo nombre descubrirán: Dolores María Santana, ante la impotencia de Wallander para salvarla, hace que reflexione sobre la vida y la muerte. ¿Cómo es posible que alguien con toda la vida por delante acabe con su vida? “Vivo en un mundo donde los jóvenes se quitan la vida porque no la soportan”. “Si voy a seguir siendo policía tengo que entender el porqué”.(pág.68)

El modus operandi del asesino en serie parece sacado de un película de serie B americana. ¿Es posible que ese “modus operandi” sea un pista falsa? Una forma de llevarnos lejos del verdadero culpable? Wallander sufre ante esa posibilidad. A medida que los muertos se van acumulando y las pistas parecen que retratan a unos personajes oscuros y con secretos inconfesables las posibilidades se hacen cada vez más débiles e inconsistentes.

La aparición de un asesino en serie lleva a Wallander a buscar pistas en todas las direcciones. Los problemas domésticos siguen sus propias dinámicas. Un padre cada vez más viejo, un hija que no sabe qué dirección imprimir  su vida y una relación difícil que se ve agravada por la distancia hacen que Wallander se sitúe siempre al borde un ataque de nervios.

Wallander reflexiona como en la plácida Suecia pueda ocurrir algo semejante. Mankell/Wallander dibuja un mapa sociológico: “Pero en alguna parte durante los años cincuenta hay una línea divisoria.Es invisible, pero está ahí. Había meios ilimitados para construir y acabar con los restos de la pobreza. Y al mismo tiempo se produjo un cambio en la vida política. Los políticos se convirtieron en profesionales. Ambiciosos profesionales. Antes, el idealismo había sido el elemento dominante de la vida política. Entonces ese idealismo empezó a diluirse” (pág.237)

Wallander utiliza a todos los efectivos de la policía para rastrear cualquier posible indicio acerca de la identidad de un asesino que utiliza una violencia extrema. En esas acciones hay algo personal. A lo largo de la historia nos enteramos de las motivaciones del asesino.



Las conexiones van apareciendo y se va percibiendo que existe una trama de trata de blancas. Víctimas colaterales aparecen para dar pie en esa dirección. Wallander presiente que los asesinatos tienen algo que ver con todo ello, pero no sabe aún cómo. Estamos mal acostumbrados por las películas a descubrir a los asesinos desde el primer momento. Pero la acción policial empieza precisamente cuando el asesino ya no se encuentra en el escenario del crimen.
El asesino ha dejado huellas, saben que es la misma persona que ha ido asesinado dejando su sello personal. Tarde o temprano encontraran un hilo de Ariadna que los conducirán al asesino sin rostro. Mientras Wallander interroga a  los familiares de la tercera víctima siente un malestar que no logra retener. La familia del asesinado es un reflejo que la sociedad sueca no es lo que aparece ser, una sociedad modélica. Una madre alcoholizada,  un hijo mayor que contesta con precisión a las preguntas del policía acerca de quien podría ser el asesino que ha matado al cabeza de familia. Un niño pequeño cuyos ojos refleja miedo y una hermana que no siempre está de viaje.

“Se preguntó con desconsuelo en qué mundo estaba viviendo. (..). Las ilusiones que se habían forjado resultaban sumergidos en una época que se podría llamar el tiempo de los fracasos. Las ilusiones que se habían forjado resultaron ser menos sólidas de lo esperado. Creían edificar una casa y lo que hacían en realidad era erigir un monumento sobre alfo ya pasado y casi olvidado. Suecia se derrumbaba alrededor de él, como un sistema político de estantes gigantes que se vinieran abajo. Nadie sabía quiénes serían los carpinteros que estaban en el recibidor esperando entrar para colocar las nuevas estanterías. Tampoco sabía nadie cómo serían éstas.(…) La gente joven se suicidaba, o al menos intentaba hacerlo. (…) Las viviendas eran escondites más que hogares acogedores. Y los policías estaban callados esperando el momento en el que vigilasen sus celdas de arrestos unos hombres con otros uniformes, los hombres de las empresas privadas de seguridad” (pág.295-6)

Wallander siente la fragilidad de los jóvenes cuando tiene que presenciar un suicidio atroz y además una de las hijas de uno de los asesinados intenta suicidarse. El mundo esta cambiando y Suecia con ella. Esos cambios no le gustan porque no entiende como es posible todo lo que esta pasando a su alrededor.

Acabo, la literatura tiene la ventaja de que puedes inventar una realidad atroz en un mundo perfecto. Y al revés, puedes inventar una realidad perfecta en un mundo imperfecto como es el nuestro. No explico el desenlace. Las pistas acabarán llevándole a una dirección que Wallander no quería ver. Por supuesto, la realidad supera siempre a la ficción. Por ello, Mankell tiene espacio para reflexionar sobre la condición humana y las instituciones sociales que hacen que nuestras sociedades sean habitables. Wallander se plantea cómo podría ser una policía que en vez de esta al servicio de la sociedad estuviera al servicio de empresas cuyo objetivo sería la rentabilidad. 

dissabte, 8 de maig del 2010

Dar la cara



Estos días los periódicos nos han informado del transplante de cara que un ciudadano cuyo nombre es Rafael, ha sido sometido a dicha intervención debido a una enfermedad congénita que le afectaba gravemente la cara. La enfermedad es una neurofibromatosis de tipo 1. Las imágenes son lo suficientemente explícitas sobre las condiciones en las que ha padecido esta persona.

La primera idea que me viene a la mente es que si era una enfermedad congénita la primera persona que lo acogió fue su madre. ¿Qué debió de pensar? ¿Cuánto esfuerzo por controlar el pánico de encontrar delante de ella a un bebé que no era como los demás? ¿Cuánto sufrimiento habrán padecidos los padres? ¿Cuánto habrá padecido esa persona que no ha podido tener una vida normal?



¿Es concebible que en la actualidad y con los medios científicos se deje nacer a alguien con las deformidades que padecía esa persona? Antes de los conocimientos médicos lo natural era que surgieran casos de esta índole. La esperanza de vida de estas personas era prácticamente nula. Sin embargo, a medida que la ciencia médica se ha hecho más sofisticada, ¿qué sentido tiene dejar a una persona en esas condiciones?

Es evidente que entramos en terrenos complejos y accidentados. ¿Si soy creyente, puedo aceptar que Dios me envié una prueba de mi fe? ¿Puedo aceptar y querer que ese hijo/a mía nazca en esas condiciones, cuando se puede evitar? Desde luego para mí la respuesta es muy clara.

Hemos visto su “nueva” cara. La cirugía plástica hace milagros. No sé si tendrá que volver al quirófano para nuevos arreglos. En una sociedad donde prima lo estético, su deformidad es un recordatorio de lo subjetivo que es la etiqueta de belleza y fealdad. 

dissabte, 1 de maig del 2010

UPyD Sabadell (II)

UPyD ha sido una experiencia fallida. Las condiciones en la que se ha desenvuelto en Sabadell desde su inicio ha llevado el marchamo del fracaso. No puede haber partido si antes no hay potenciales militantes, y sin éstos cualquier intento de construir un grupo político está condenado al fracaso. Y ese ha sido el caso de Sabadell.

Recuerdo que asistí a la constitución en Sabadell del partido, no había local, así que se escogió la biblioteca del Vapor Llonch. Éramos tan pocos que da grima pensarlo. Había quien ostentaba el mandato del partido, no sé las razones ni las circunstancias de su elección, seguramente, era el único que se había propuesto. El problema de base es que no conocía la ciudad, aunque trabajará en ella. La reunión me hizo recordar como debían de ser las reuniones de los cristianos en la época de los romanos. Un grupo pequeñísimo en medio de un mar de partidos consolidados y llenos de espíritu nacionalista, mientras que nosotros éramos seis personas dispuestas a echar adelante un proyecto no nacionalista.

La reunión se llevo acabo como muy buena voluntad, pero no basta, se requiere algo más. ¿Cómo llevar un mensaje diferente sin medios? Se propuso diferentes estrategias. La consolidación del partido nunca llego a consolidarse. El anterior responsable de Sabadell, dimitió o lo dejó, nunca supe las razones de su desaparición, sin embargo, su hueco pudo rellenarse con otro nuevo responsable que si vivía en Sabadell, y además tenía un deseo extraordinario para llevar adelante el proyecto.

Recuerdo la reunión que significó el nuevo arranque del proyecto, dos personas jóvenes con ilusión se pusieron manos a la obra. En esa reunión, también en la biblioteca el Vapor LLonch, se desarrollo un pequeño drama, en el que uno de los miembros, un veterano, o sea, una persona ya de cierta edad, acabó dando un portazo porque le había planteado dudas acerca de la existencia de que vivíamos en una dictadura. El caso, es que el militante anunció que lo dejaba, y descalificándome urbi et orbi. El nuevo responsable del partido, tuvo que llamarlo al orden. Éramos cinco personas, así que el desastre era colosal.

Nuestra actividad se desarrollo en diversos frentes, éramos tres personas, a veces llegábamos a cuatro o cinco, en ese desarrollo, nuestra actividad se hizo milagrosamente fructífera, se creó un blog que ayude a crear y que quien lo desarrollaba hizo una labor extraordinaria. Nuestro partido estuvo presente en los actos de l’ Aplec de la Salut, así como en los actos de campaña para las europeas repartiendo propaganda en el mercadillo de los domingos.



Este despliegue se concretizó en la puesta de largo del partido en Sabadell con un acto público de presentación ciudadana, con la asistencia de la directiva de Cataluña y algunas personas que fueron a la presentación del partido. Tuve el honor de participar en una conferencia que había preparado con mucho cariño sobre la educación y su papel en una sociedad democrática.

A pesar de las buenas intenciones nuestro partido no lograba atraer más militantes. No era fácil. Seguimos con nuestro blog, de los que he visto, y sin ánimo de ofender, era mucho mejor que el de la mayoría de nuestros compañeros de otras localidades. El mérito era de sus responsables que dejaron la piel en ello.

El principio del fin fue el I Congreso de UPyD en Madrid. La elección de delegados para asistir fue el desencadenante de la dimisión de quien hasta ese momento había sido su responsable. Me confeso que lo habían engañado. Seguramente era demasiado joven e ingenuo para estar preparado para estas situaciones. La cuestión es que a raíz de ello, dimitió de su cargo, dejando huérfano a UPyD en Sabadell.  La deriva de todo ello ha sido que antiguos miembros de Ciudadanos han acaparado la dirección en Cataluña. La candidatura de Robles por UPyD en Cataluña hizo evidente lo que se venía venir, solicitando mi baja en el partido. Así de triste ha sido mi participación en la acción política. No he dado sus nombres porque no he pedido permiso para que salgan aquí. Ha sido una experiencia interesante y me alegro de haber participado en ella, he conocido a personas que han puesto mucho mayor compromiso que el mío. Y en muchos aspectos siempre estaré en deuda con ellos.

Una de las primeras consecuencias fue la desaparición del nuestro blog en los enlaces del partido. Sus responsables eran tan amables que incluían algunos artículos de mi blog. Su desaparición me pareció un mal augurio de lo que acabaría pasando. Se dinamito el partido en nuestra ciudad. Sin embargo, el  número de cargos burocráticos seguía creciendo. No había militantes de base, pero se multiplicaba la lista de cargos en Cataluña. La estrategia sensata hubiera sido la contraria. Captar militantes, crear una base lo suficientemente sólida para crear un partido. Pero eso no ha sido posible.

En este mismo blog, he hablado y seguiré hablando de la actualidad política, remito a quien tenga el humor y la paciencia de seguirlo para repasar lo que dije en su momento acerca de un partido como UPyD que si sigue por esta vía no llegará a ningún sito, al menos en Cataluña. Y mucho me temo que en el resto de España la elección del voto útil haga de él un partido testimonial al estilo de IU.


dilluns, 26 d’abril del 2010

El hombre sonriente.


La novela de Mankell  titulada “El hombre sonriente” aborda una nueva temática. ¿Qué tipo de personas hay detrás de las grandes corporaciones? En esta nueva entrega Wallander  se enfrenta a un nuevo tipo de criminal. Éste ya no es el clásico delincuente si no que estamos delante de una tipología nueva. Aquel que tiene poder y cree que pueda hacer cualquier cosa porque está por encima de toda sospecha.

El punto de arranque de la novela es la muerte de un abogado, Gustatf Torstensson. En la investigación preliminar se determina que ha sido un accidente. Wallander que ha pasado por un infierno personal debido a los acontecimientos provocados por su anterior investigación en la que tuvo que hacer frente a un asesino implacable y, para defender su vida, tuvo que matar. Éste hecho lo llevó a una profunda depresión pensando seriamente en dejar la policía.

En las playas de Jutlandia, en Skagen, intentando asimilar su experiencia traumática, es abordado por el hijo del abogado muerto aparentemente en accidente, Sten Torstensson, que conocía a Wallander. Le confiesa sus dudas acerca de ese accidente. Tiene el presentimiento de que detrás de ese accidente haya algo más pero no tiene ni certezas ni pruebas. De la conversación que tienen detecta miedo.

Cuando Wallander se reincorpora a la policía y se ve inmerso en la  investigación del presunto accidente del padre  de Sten Torstensson. Poco después es asesinado Sten  en su despacho de un tiro en la cabeza. A partir de aquí, empieza a pensar en la conexión entre el accidente el padre y el asesinato del hijo. Reconoce el lugar del accidente y descubre accidentalmente la pata de una silla. A partir de ahí, toma conciencia de que el presunto accidente no era tal.





Las pesquisas llevan a una conclusión: la causa de la muerte del padre y el hijo tienen que ver con su actividad profesional. Gustatf Torstensson tenía como cliente exclusivo a un magnate de la industria, Alfred Harderberg. Es a partir de aquí que Wallander intentará establecer nexos de conexión entre estas muertes y el magnate. Este vive en el castillo de Farnholm. El magnate atiende a sus negocios por todo el mundo. La economía global hace que los negocios, las oportunidades se encuentran en cualquier parte del mundo. Por ello necesita estar en permanente movimiento. Wallander llama al castillo para concertar una entrevista con el magnate.

La visita finalmente se realiza y en medio de la entrevista Wallander entrever la posibilidad que el culpable de esas muertes sea quien tiene delante a pesar de la falta de pruebas. La sonrisa que exhibe el magnate le parece un a Wallander un signo de culpabilidad  y por ello tratará por todos los medios que esa sonrisa se le borre de la cara.

La investigación adquiere unos perfiles borrosos, las pruebas son poco claras, se rastrea cualquier conexión entre el despacho de abogados y Alfred Harderberg. El jefe de Wallander, Björk, así como el fiscal, le piden que vaya con cuidado, pues, delante tienen a un prohombre de las finanzas suecas. En una de las entrevistas a la antigua secretaria de los abogados asesinados la señora Dunér, Wallander descubre una mina en el jardín de la señora Dunér. El listín telefónico será la prueba que confirma que han puesto una bomba. La inquietud se adueña de la investigación. Además Wallander y Ann-Britt Hölglund son vigilados por un coche mercedes cuando acuden a una entrevista para seguir una de las pistas. En ella aparece el nombre de Lars Borman, que había aparecido en la investigación. Sin embargo, éste había muerto, oficialmente se había suicidado. Era auditor de cuentas y había investigado un desfalco en la administración. Wallander tiene la convicción que todos cabos sueltos de la investigación debían tener su origen en el castillo de Farnholm y a Alfred Harderberg quien los movía.

¿Por qué alguien  que  tiene poder económico y social puede ser el instigador de los asesinatos?  Los hechos, excepto, la muerte de Gustatf Torstensson, Harderberg se hallaba fuera del país. ¿Podía ser alguien ajeno al castillo? Wallander creía que no. Había que seguir buscando, pero el tiempo para investigar se estaba acabando.

Logran introducir a alguien en el castillo. Y esa voz dará una señal que marca el principio del fin para la investigación. En el castillo se preparan las maletas para marcharse. Wallander lo interpreta como un signo más que van por la buena dirección. No voy a seguir contando lo que sucede.

Finalizo, Henning Mankell es un escrito que utilizando un género literario, la novela negra, va más allá de ella, para hacer un análisis de su sociedad, la sueca, y por extensión, nuestra sociedad. Sus radiografías son una buena muestra de lo que le sucede, de las paradojas a las que se enfrentan, de los dilemas morales en los que se ven envueltos los protagonistas, especialmente, Wallander, hacen de Mankell un autor de primer orden. Además, son aditivos, por ello conviene atenerse a las consecuencias, si empiezas, después no vale quejarse de que no hay manera de dejarlo. ¡Quién avisa no es traidor!

diumenge, 25 d’abril del 2010

UPyD Sabadell (I)


Voy a contar mi experiencia, triste, como militante de base de UPyD. La necesidad de un partido político que fuera más allá y más acá del PSOE y PP, amén del desapego nacionalista, hizo que la aparición en escena de un nuevo partido, UPyD encabezado por Rosa Díez  fuera una tercera vía en las agotadas aguas de la política nacional.

En Cataluña la onda nacionalista es imparable. Las lecciones de CiU han sido un buen ejemplo de lo que había que hacer. Los partidos de izquierda –sea eso lo que fuere- han hecho bandera del nacionalismo. El tripartito ha sido el resultado de haber comprendido que los agravios pasados y futuros son un excelente combustible para ganar elecciones.

Es verdad que Cataluña tiene un papel importante en el escenario político nacional. CiU ha sido un partido que ha dado estabilidad a los gobiernos del PSOE y el PP en Madrid. Todos alababan la centralidad de un partido que ofrecía –a cambio de trasferencias- estabilidad en la acción parlamentaria.

CiU era expresión de nacionalismo centrado, más allá de los excesos verbales inevitables en la contienda política y para el consumo interno. Cuando los partidos mayoritarios ganaban por mayorías absolutas aparecía cierto ramalazo antinacionalista que les hacía perder de vista que más tarde o más temprano habría que volver a ellos.

No sé si Rosa Díez mide el nacionalismo desde la óptica vasca. Si es así, es evidente que en Cataluña la dinámica ha sido afortunadamente muy diferente. El “oasis catalán” ha sido una expresión que se ha utilizado de forma ambigua para criticar una forma de hacer que en ese Madrid pequeño de la política entendida como destrucción del adversario, se advertía como una amenaza a su discurso de una España que se va a pique.

Como en el título de Carmen Iglesias, “No siempre lo peor es cierto”, los discursos antinacionalistas hacen de espejo al nacionalista. Los medios de comunicación y sus extensiones en las tertulias radiofónicas anuncian catástrofes de todo orden para la convivencia. El sentimiento de pertenencia es natural. El excluyente no lo es. ¿Cómo saber que estamos hablando de inclusión o exclusión?.  La cuestión es central, pero el ruido mediático, judicial y político, hacen difícil poner serenidad en estas cuestiones que se viven con visceralidad.


Como ciudadano me siento catalán, pero también me siento español. Decía I.Werth que  los españoles tenemos “ anemia patriótica”. Es verdad. No se ha sabido por ningún gobierno central utilizar los símbolos nacionales para crear un mínimo común de identidad nacional. En cambio, los nacionalistas en esto han sido verdaderos maestros en crear símbolos y adhesiones.  Pienso en Estados Unidos, que a pesar de tener un estado federal con banderas propias y leyes propias, en cambio, todos se sienten solidarios de una bandera que los une a todos. Lo que importa es el sentimiento de formar parte de una colectividad que asumimos nuestras diferencias pero que nos une una historia, unas tradiciones y una cultura que además se mezcla con la de la propia historia de nuestras tierras. Yo quiero ser ciudadano de ambas, no quiere escoger una para repudiar otra.  Porque lo que importa no es el pasado, el nacionalismo ha utilizado el pasado como origen de agravios reales y ficticios, es hora de mirar al presente y especialmente al futuro. Como ciudadanos de un estado integrado en la Unión Europea, aspiramos a una sociedad más democrática, más justa y solidaria. ¿Es verosímil que en Cataluña aspire a un estado independiente? Las dificultades que pasa el trámite del Estatut de Catalunya refrendado por la ciudadanía, ¿puede suponer el inicio de una dinámica de carácter independentista? La respuesta no está escrita. La sociedad catalana, a pesar de todos los tópicos es muy plural, pero no sería descartable que desde el discurso nacionalista y apoyándose en una cierta percepción que lo poderes centrales se menosprecia las exigencias catalanas, pudiera provocar una desafección mucho más honda con relación a España.

dissabte, 24 d’abril del 2010

La pesadez rutinaria


La política nacional, se desliza hacia cotas insufribles de movimientos pendulares. Del panegírico más nauseabundo a las descalificaciones más groseras. Todo vale en la guerra larvada que se lleva a cabo en  el pequeño Madrid político de la peor especie.

El TC ha vuelto ha marcar cotas de servilismo difícilmente superables. Lo que debería ser la garantía de estabilidad jurídica y solidez constitucional, es el escenario de una división marcada por los nombramientos  de los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP que gestionan una institución que sólo sirve para sus propios intereses. Lo llamativo es que los magistrados sean meras correas de transmisión de aquellos que tuvieron a bien nombrarlos.

Después de cuatro años, la parálisis no es jurídica, sino política. ¿Hasta cuando piensas llegar? Algunos de los magistrados están en una situación de interinidad fuera de toda lógica. La culpa  directa es de los partidos, que usando dicha institución quiere socavar al adversario. Por su parte, los magistrados  se dejan utilizar para dichas maniobras y en conjunto, la institución que debería ser la garantía de nuestro sistema constitucional sufre un desgaste que puede tener consecuencias muy negativas desde el punto de vista de legitimidad.

Siguiendo el plano judicial, sigue el desaguisado, de la querella contra Garzón. Ahora, el propio Garzón recusa al juez instructor del TS, Luciano Varela. La torpeza de dejar fuera de la acusación popular Falange Española de las Jons, ha dado pie a Garzón, a está nueva recusación. El espectáculo de la justicia es simplemente incomprensible. No hay que descartar nada en las próximas semanas. La sociedad española tiene problemas más acuciantes, pero, la justicia está siendo le circo que proporciona cierto desahogo a una sociedad que no ha salido de la crisis y ve con desconcierto un enredo de la peor especie. Instituciones que deberían actuar con imparcialidad y respeto a la ley, se lanzan a querellas domésticas que tienen como secuelas daños colaterales en muchos frentes. Pensemos en las víctimas del franquismo que nunca han tenido el reconocimiento adecuado.


En cambio, hay gente que siempre cae de pie, eso es lo que ha sucedido con Samaranch. Juan Antonio Samaranch, Barcelona, 17 de junio de 1920-21 de abril de 2010, es el prototipo de hombre del antiguo régimen que se ha ido reciclando según las circunstancias del momento. Algo así como un corcho que flota en cualquier superficie, desde la negra dictadura hasta la gris transición para desembocar en el arcoíris de nuestras sociedades democráticas. Todos tenemos derecho a cambiar. El problema es que quienes se aprovecharon del antiguo régimen y él se aprovecho, nunca han dado muestras de dudas o vacilaciones de la anterior etapa. Eran adictos al régimen, se sentían estupendamente bien en ellos. Desde los tiempos de la camisa azul, a la camiseta olímpica. Su muerte nos recuerda que siempre hay clases, una, aquellos que perdieron la guerra civil y fueron borrados de la historia, y otros son ensalzados porque llegaron a esos puestos gracias a los servicios prestados en el anterior régimen. No se pretende quitar méritos a J.A.Samaranch, pero no conviene olvidar que sus responsabilidades olímpicas tuvieron su fundamento en una etapa negra de nuestra sociedad.



dilluns, 19 d’abril del 2010

Wallander y el enigma Sudafricano


¿Qué relación existe entre el asesinato de una agente inmobiliaria, la aparición de un asesino profesional negro y la ominosa  aparición de un auténtico agente de la guerra fría?

La respuesta a estas cuestiones son las que trata de desentrañar la novela de Henning  Mankell “La leona blanca”. La novela adquiere perfiles internacionales e indaga sobre el final del régimen racista de Sudafrica al final del mandato de F. De Klerk y la necesaria transición de poder desde la minoría blanca a la mayoría negra de N.Mandela.

La novela es extensa e intensa. Wallander será un peón más en una conspiración tramada en Sudáfrica por blancos que no quieren perder el poder absoluto. Traman un golpe que de acabar con éxito supondría un baño de sangre y una escisión insuperable entre negros y blancos. Y es que desde la perspectiva de estos boers fanáticos la lógica es sencilla: cuanto peor, mejor.

¿Qué tiene que ver todo esto con Ystad (Suecia)?  La novela se desarrolla en paralelo entre Ystad y Ciudad del Cabo, así como otras ciudades sudafricanas, la conexión se llama Victor Mabasha. Éste lleva de cicerone en Suecia a unos de los personajes antológicos de la novela,  Anatoli Konovalenko. Éste es un fósil de la guerra fría que tiene como radiante porvenir afincarse en la Sudáfrica racista.Y es que los extremos se tocan. Del paraíso soviético al jardín sudafricano. Para ello está conectado en Jan Kleyn que es miembro de los servicios secretos de Sudáfrica y principal cabecilla de la conspiración que ha puesto en marcha.


Todos tenemos nuestros secretos. También Jan Kleyn. Se llama Miranda. Es negra. Y la Sudáfrica del apartheid es delito los matrimonios mixtos. Para Jan Kleyn es una pasión que se queda encerrada entre cuatro paredes. No sabe que Miranda lo odia hasta la médula. Esa es la debilidad del apartheid. Los blancos lo toman como sumisión, pero ésta atiza una pasión profunda contra ese sistema que embrutece a los blancos y deja a los negros en las puertas de servicio de cada vivienda de los blancos. Son invisibles en su propio país. La grandeza de N.Mandela fue pedir un gesto de generosidad sin precedentes. Para Mandela Sudáfrica es lo suficientemente grande para que convivan blancos y negros. No hubo revancha como algunos temían, la revolución que se llevo a cabo fue de índole democrática.  El gesto de reconciliación entre Mandela y De Klerk , entre negros y blancos, sello la posibilidad de una transición políticos sin precedentes.

En toda trama siempre aparecen víctimas colaterales y en esta novela no faltas. La primera se llamaba Louise Ǻkerblom. Su asesinato será el punto de partida para que Wallander vaya adentrándose en un mundo cada vez más violento e incomprensible.

A medida que investigan la desaparición de Louise parece que no hay pistas a seguir, pero la casualidad, quiso que accidentalmente fuese encontrada en un pozo con un tiro en la frente. Es evidente que la desafortunada Louise se encontró en el lugar inadecuado y en el momento más inoportuno. El asesino que la mato podía haberse ahorrado el trabajo, pero no quería ningún cabo suelto. Así que decidió por lo seguro, matar. Konovalenko es el artífice de un reguero de muertes, entre ellos a policías, a su pupilo Víctor.
Los planes de Sudáfrica llevan su curso y se espera lo mismo en Suecia, por ello Konovalenko quiere impresionar a Jan Kleyn. Le miente diciendo que todo va bien, pero las cosas se le van de las manos. Víctor no da la talla a pesar de ser un asesino a sueldo. Su muerte supondrá la aparición de un nuevo sustituto Sikosi Tsiki. Suecia es el escenario del entrenamiento para atentar en Sudáfrica. Wallander avanza en sus investigaciones y está llegando a la figura ominosa de Konovalenko.

Wallander descubre la casa franca donde ha huido del  anterior cerco policial. En la persecución Wallander tendrá que sobrevivir a su prueba de fuego. En medio de la niebla y dentro de un campo cercano al mar, tendrá que hacer uso de las armas para poder salvar su vida. Mata al socio de Konovalenko.  Éste ya había preparado diferentes escenarios alternativos para salir airoso, secuestra a la hija de Wallander, Linda. La mujer de Rykoff, Tania, logra que puede escaparse de lo que sabe una muerte segura, pero su acción le costará la muerte a manos de Konovalenko que se ensaña con ella.  Hay persecuciones y carreras y finalmente Konovalenko se estrella con su coche que se incendia y muere abrasado.

El asesino sudafricano logra escapar hacia Sudáfrica, la suerte y la negligencia de la policía logra alcanzar su objetivo. El día previsto está en posición de tiro para acabar con cualquier esperanza entre negros y blancos. Sin embargo, la policía sudafricana logra dar con el asesino desbaratando en el último instante la catástrofe.

En fin, una novela que va más allá de la literatura, pues, su mensaje es de esperanza: la reconciliación es posible. La vida en común es necesaria y puede llevarse a cabo a pesar de una historia que hacía presagiar desastres, la sociedad liderada por políticos que tuvieron el coraje de mirar hacia el futuro y no al pasado pudieron construir los puentes necesarios para pasar de una sociedad basada en el apartheid a otra sociedad democrática donde todos sin excepción son necesarios.