dilluns, 25 de maig del 2009

Carod-Rovira.......................una defensa


"UPyD compara Carod amb "un polític-paràsit"". La dinámica amigo -enemigo debería desterrarse de la arena política. Las argumentaciones "ad hominem" son un recurso desesperado, normalmente funciona, y en política especialmente. Creo que el portavoz de UPyD Juan Perán se equivoca en esa estrategia. La crítica es necesaria, resaltar las incongruencias es imprescindible.

En democracia los representantes de la sociedad deberían ser criticado por sus errores y comportamientos públicos. El exabrupto de Perán podría confundirse fácilmente con los partidos antidemocráticos. En política no todo vale. Es posible que una persona pueda sentir antipatía, en este caso por Carod-Rovira, está en su derecho, pero, un portavoz político como Juan Perán debería medir sus palabras. Éstas hieren innecesariamente a personas que se pueden sentir ofendidas.





Buscar la figura del chivo expiatorio es siempre una estrategia cómoda. Pero en la acción política se busca diagnosticar los problemas, buscar soluciones, alternativas, y transmitirlas a la sociedad. No es bueno, creo, asociar UPyD y las descalificaciones de orden personal, cuando se pueden encontrar argumentos contra actuaciones de orden político. Deberíamos buscar las causas por las que tantas personas pueden llegar a sentirse solidarias con las afirmaciones de Carod-Rovira.

Sé que tocamos fibras sensibles. La convivencia democrática exige defender el derecho a expresar opiniones diferentes a las que uno se podría adherir. No votaré a ERC, pero hay muchas personas que sí. Las opciones políticas, la pluralidad, es una de las grandes conquistas de la Constitución de 1978. Soy militante de base de UPyD y hay discursos que no siempre son fáciles de digerir. Por supuesto que intento recoger lo positivo -reivindicación de la ciudadanía- pero en otros aspectos creo muy desacertada su estrategia del ámbito lingüístico que no está avalado ni por la Constitución ni por las altas instancias judiciales (TC y TS). De este tema hablaré la próxima ocasión.

diumenge, 17 de maig del 2009

Pitos y banderas............

La final de la Copa del Rey de fútbol dio lugar a la escenificación de un desencuentro entre nacionalidades –Cataluña y País Vasco-, y el símbolo de la unidad española representada por el Rey. Los abucheos y la pitada cuando se interpretó el himno nacional es un síntoma de las tensiones territoriales que aún no se han resuelto.

Sería interesante analizar los vídeos del momento en que se escucha el himno nacional y las caras de los futbolistas. Sintomático es que los profesionales del fútbol quieren ir todos a la selección nacional. También es sintomático que los dirigentes de los clubes afectados no hayan hecho alguna declaración sobre el tema, ellos que hablan de cualquier asunto, y los entrenadores afectados de mutismo agudo.

Decía I.Wert que España tiene un déficit de patriotismo: “patriotismo anoréxico”. Los nacionalismos tienen una auténtica esquizofrenia patriótica: sus himnos y banderas les parece lo más sagrado, pero cuando se trata de los himnos y banderas que representan a todos los españoles el “ardor patriótico” decae hasta extremos insospechados. ¿Qué es lo que nos sucede?

No puede ser que después de treinta años de Constitución, que nos representa a todos, sigamos sintiéndonos incómodos. Desde las instituciones catalanas y vascas y sus respectivos gobiernos nacionalistas –legitimados por la Constitución-, han intentado recrear una “nación” dentro de España. La simbología cotidiana del mapa del tiempo en TV3 que se extiende a todos los territorios de habla catalana expresa de forma clara las ilusiones del nacionalismos.

Los nacionalismo acusan de “nacionalista” al gobierno central. Desde el nacionalismo –de derechas y después de izquierdas-, el encaje entre España y las nacionalidades históricas, no se ha resuelto el art.2 de la Constitución. Probablemente, después del terrorismo que afortunadamente está bajo mínimos, el problema más importante, desde una perspectiva institucional, es como armonizar las tensiones de los territorios que aspiran a... Porqué ¿a qué aspiran? A una descentralización absoluta, o bien a una independencia como parece que aspiraba el PNV en Euskadi y ERC y CiU.

¿Debemos priorizar entre territorios o ciudadanos? Los nacionalismos solo reivindican los territorios, en cambio, para muchos de nosotros (UpyD) aspiramos a reivindicar la ciudadanía. No pueden existir territorios de primera o segunda, ni ciudadano de primera y segunda. Finalizo con las palabras de T.Judt cuando habla del caso belga, pero que puede ser extensivo al caso español, cuando hace referencia a la descentralización del Estado en beneficio de los territorios: "podría ser un recordatorio útil de que también puede haber demasiado poco [Estado]"(pág.242).

dilluns, 11 de maig del 2009

Amis mete la pata.....

Martin Amis (Oxford, 1949) acabada de meter la pata, al afirmar que ETA es en el fondo el motor que impulsó la democracia. El escritor británico que ha publicado recientemente "La casa de los encuentros" pátina de forma obscena y desinformada. Es evidente que se puede ser un buen escritor y tener ideas de lo más peregrinas.

Lo peor de esta afirmación falsa es que hay muchas personas que en el fondo asentirán a dicho dictamen. Como ocurrencia es desafortunada y desconoce la historia que va desde la promulgación de la Constitución hasta el momento presente.





La ideas contrafácticas suelen ser atractivas y permiten a la imaginación deslizarse a terrenos inexplorados. ¿El atentado a Carrero Blanco, aceleró o retraso todos los procesos que en esos momentos se estaban prefigurando? ¿Qué hubiera pasado si.....? Desde la misma lógica, cierta derecha afirma sin sonrojarse que Franco diseñó el modelo democrático.

Cada cual puede cantar las alabanzas y panegíricos que quiera, pero hay ciertas verdades que resultan incómodas. Afortunadamente, España está bien servida de historiadores que han contado de forma instructiva la etapa final del franquismo, la transición y la etapa democrática.

Las desafortunadas declaraciones permiten visualizar los tópicos y clichés que aún circulan en Europa sobre la democracia española. Sería fácil afirmar que por la misma regla el IRA es el responsable de la nueva situación en Irlanda del Norte. Sin embargo, lo cierto es que ETA y sus servicios auxiliares (Savater) jamás han tenido en mente la democracia, más bien al revés, el Estado de derecho ha salido a flote a pesar de los asesinatos, las bombas, las amenazas y extorsiones que desde el inicio de la democracia ha tenido que sufrir la sociedad española.

Lo ideal es que Martin Amis se dedique a hacer lo que sabe, escribir novelas, y se documente a la hora de hacer declaraciones que como ésta afectan a toda la sociedad, empezando por las víctimas y sus familiares y por extensión al resto de la sociedad.






EDUCACIÓN Y PENSAMIENTO

El presente artículo es el resultado de una invitación para participar en la presentación de UPyD en Sabadell. Adrián Ruiz, coordinador local de UPyD, me indico que estaría bien hacer una charla sobre educación. Dicha indicación era lo suficientemente vaga para que pudiera hablar casi de todo. No se volvió a hablar del tema hasta la presentación. Agradezco la confianza.


I.- El origen del problema (1).

1.- La idea de la educación como mecanismo que posibilita la perfectibilidad del hombre es la clave o cifra de las aspiraciones ilustradas. Para los ilustrados, estupidez, tontería, locura.. son consecuencia de una mala educación.

2.- ¿Por qué la educación? La respuesta está en la felicidad. La Ilustración hace suya esa idea de la búsqueda de la felicidad desde términos seculares, la felicidad no hay que buscarla en el más allá, si no en el más acá. La búsqueda de la felicidad individual se ha de conjugar con la de todos. El instrumento para hacer realidad esa aspiración es la educación e instrucción. Ahora, el hombre se mide por la educación.

3.- La educación permanece antes del siglo XVIII en el ámbito del “espacio privado”. La Ilustración hace crítica contra el valor de lo aprendido en la etapa anterior, porque ese contenido es incapaz de posibilitar la felicidad. La nueva mentalidad vincula la felicidad social a la educación, y ésta a un proyecto global: la del sentimiento patriótico[1]. No es por casualidad que sea en el siglo XVIII cuando aparece la idea de una “educación nacional”.



4.- La idea de instrucción pública o educación nacional es una idea de la Ilustración. En España será Carlos III quien culmina este proceso con la Real Cédula de 12 de julio de 1781, por el que se establece la enseñanza obligatoria en el nivel primario. Francisco Cabarrús (Bayona, Francia, 1754 – Sevilla, 1810) propondrá una “escuela nacional única”.


II.- La sociedad postmoderna.

5.- Vivimos momentos de dispersión y confusión, de desregulaciones en el trabajo y la vida, en la política y la economía, y ello supone que vivimos en “un mundo vivido angustiosamente como riesgo”. Si la lógica del capital implica la des-estatilización, en paralelo, el Estado des-regula el Estado de bienestar. Los individuos se sienten a la intemperie. Es la expresión que aparece en Matrix[2]: “bienvenidos al desierto de lo real”.




6.- Las certidumbres de la era industrial (etapa sólida) –Estado de bienestar[3]-, es sustituido por un horizonte de “precariedad”. En esta nueva etapa “sociedad líquida” (Z.Bauman) aparece un nuevo fenómeno de carácter estructural: la exclusión social. Las diferencias y las desigualdades en la “etapa sólida” (Z.Bauman) o industrial eran entendidas en términos de clase. Esas diferencias, se podían resolver a través de la educación. La educación era la palanca para remover las barreras sociales. Sin embargo, en esta fase líquida los factores son de índole cultural.

7.- ¿Cómo reintroducir la solidaridad en una sociedad que genera exclusión? La respuesta de Daniel Innerarity es lo que el denomina “ética de la hospitalidad”. Ésta supone hacer visible la conexión entre lo económico y lo político. El Estado ha cegado esta unión y debería reintroducir al individuo en lo “social y colectivo”.

8.- La solución a la inserción no es más cobertura contra el riesgo –ciego-, sino más solidaridad a través del trabajo –actividad social-, lo permitiría “configurar los derechos sociales bajo la forma de derechos de ciudadanía”.Y para conseguir ese objetivo, la educación es una instrumento necesario. Haciendo visible, por ejemplo, esa conexión entre política y economía.



9.- La educación se encuentra inmersa en estas transformaciones y es presa del desconcierto de lo poderes públicos a la hora de encarar su función. Hay que tener en cuenta que opiniones, actitudes y valores conforman un entramado dentro de la personalidad de cada uno que tiene que lidiar en un entorno dinámico y fluido. Cada uno de ellos implica procesos de cambio de desigual velocidad. Así, las opiniones son fáciles de cambiar, mientras que las actitudes - la preferencia de una persona para decidir en uno u otro sentido respecto de algún asunto determinado-, es más difícil de cambiar, y aún más difícil son los valores que se han gestado a través de un proceso lento dentro de un sistema de creencias y valores.

10.- La educación es elegir es siempre un proceso doloroso, siempre se deja fuera algo. Ejercer la responsabilidad de elección supone tomar posiciones, establecer jerarquía de valores, es decir, pluralismo de valores no hay que confundirlo con el relativismo cultural, del todo vale. Estamos obligados a elegir, a valorar. Y esto supone elegir entre códigos morales y culturales interiorizados e incompatibles entre sí, lo que produce siempre desgarro. La educación debería tener como objetivo saber elegir, procurando que ese desgarro sea fructífero para el individuo y beneficioso para la sociedad.


Notas bibliográficas:

1) Carmen iglesias. No siempre lo peor es cierto. Estudios sobre historia de España. Galaxia Gutenberg/Círculo de lectores.

2) Daniel Innerarity. Ética de la hospitalidad. Col.quinteto 297. Ed. Península.

3) Alberto Ruiz de Samaniego. La inflexión posmoderna: los márgenes de la modernidad. Akal Hipecu, 60. Ed.Akal


[1] I.Wert nos habla de la “anorexia patriótica” que padecemos los españoles en comparación con otros países.

[2] La imagen del desierto es recurrente en el pensamiento postmoderno.

[3] Tony Judt. En su obra: Postguerra. Ed. Taurus. Nos habla con extensión y profundidad sobre la génesis del Estado de bienestar.

dimarts, 5 de maig del 2009

Cambio en Euskadi

¿Por qué en la Comunidad Autónoma Vasca es obligatorio ser nacionalista? Patxi López ha demostrado que no es obligatorio, aunque los nacionalistas, después de dos décadas de gobiernos, han lanzados todo tipo de infundios. Deslegitimación ha sido la estrategia del PNV para desacreditar al nuevo ejecutivo del PSE y el apoyo del PP y aquiescencia de UPyD.





Los nacionalistas han invocado la confrontación entre bloques nacionalistas y no nacionalistas. Según ellos, mientras que el PNV ha gobernado no ha existido tal división y anuncian desastres sin cuento para el nuevo ejecutivo. Mientras el PNV ha gobernado, vienen a decir, Euskadi era un edén de concordia.

Mientras que el anterior ejecutivo subvencionaba a los familiares de los terroristas para ir a visitarlos en las cárceles, según el ejecutivo, el dolor de los familiares presos - por actos de terrorismo-, eran tan grande, que el ejecutivo del PNV y sus aliados -castigados en estas elecciones-, para paliar su sufrimiento sufragaba con el dinero de todos -las víctimas incluidas -,a esas pobres familias que tienen en su seno asesinos y cómplices.

El PNV es responsable de la fractura social que vive Euskadi. Sus amenazas son expresión de aquél que cree que le pertenece ese territorio y que el corresponde por el mero hecho de ser nacionalista gobernar para los suyo y contra los demás. La acción de gobernar supone determinadas elecciones, y el PNV ha encaminado sus acciones hacia la vía soberanista. Está en su derecho de abanderar sus ideas, pero no lo puede hacer desde el gobierno donde Partido y Gobierno son la misma cosa. Porque esa identificación es lo que caracteriza a los gobiernos totalitarios. Naturalmente, la existencia de leyes y contrapoderes hace que el rumbo que intento imponerse no pudiese convertirse en realidad.

Lo peor del PNV ha sido la estrategia suicida de establecer la dinámica antidemocrática entre amigo-enemigo. Para el PNV el enemigo no es ETA, sino el PP y por extensión el PSE. J.J.Ibarretxe se aprovechaba de su posición ventajista para ir en una dirección inconstitucional apoyado por los descerebrados del entorno de ETA y el aplauso de su sector más radical. ¿No es demencial que el objetivo político del PNV que ha intentado llevar contra toda lógica su deriva soberanista, sea estratégicamente afin a ETA?

¿Acaso el PNV cree que con la soberanía ETA desaparecera? Los asesinos de ETA quieren un jardín arrasado, un primer paso es la independencia. Ellos tutelarían el proceso, por ejemplo, teniendo acceso privilegiado en la policia del futuro País Vasco. Sólo de pensarlo da miedo. ¿Por qué no le da miedo al PNV? La razón es mezquina. Creen que a ellos -nacionalistas- no les pegaran un tiro en la cabeza. Anasagasti y los suyos se pueden pasear sin escolta en esa nueva Arcadia euskaldun, mientras que los no nacionalistas tendrán dos opciones: salir de Euskadi o convertirse en nacionalistas. La otra opción, el tiro en la nuca, sería una provocación de los que no quieren la paz y la mejor manera de que haya paz es la tumba.

De momento, lo único importante es el cambio democrático en Euskadi, un ciclo se cierra y otro se abre. El objetivo prioritario es la desaparición de ETA y un cambio del clima social envenenado por un nacionalismo radical que a la sombra de las pistolas y las derivas soberanistas ha enquistado a la sociedad vasca. El nuevo lehendakari, Patxi López, tendrá que abordar además, los demás problemas que todas las Comunidades tienen, excepto, el financiamiento que parece que no hay ningún problema. ¿Si el sistema es tan bueno como parece, por qué no extenderlo a las demás Autonomías? De momento dejemos el tema de la financiación. Ahora es el momento de un nuevo comienzo con todo lo que esto supone.


dissabte, 2 de maig del 2009

La sociedad española contemporánea

Seguimos a vueltas con el libro de Carmen Iglesias, y su capítulo titulado: CAMBIOS CULTURALES EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA.

I.- Introducción.

1.- Las transformaciones culturales van unidas a cambios en el sistema de valores muy significativos. Cambios que a veces se viven por los contemporáneos con un sentimiento de crisis profunda. Los profetas del cuanto peor mejor, se lamentan siempre de los mismo: la sociedad está en trance de descomposición, los jóvenes no siguen las pautas de sus mayores, la corrupción, el amor al dinero, el materialismo, etc, y las apariencias corroen la posible continuidad y convivencia social.

2.- Frente a ese panorama catastrófico se requiere una cierto grado de escepticismo. Nunca ha existido una edad dorada. Los cambios más dramáticos vienen siempre por donde menos se espera. El hilo que une, en todas los aspectos de la vida, lo innovador con la tradición se da también en los cambio de mentalidad y de costumbres de una manera sutil y compleja.


II.- Cultura y valores.

3.- ¿Qué es la cultura? Fundamentalmente atiende a dos componentes: a) como el conjunto de valores espirituales a los que debe acceder todo individuo y b) el conjunto de creaciones materiales y espirituales de un pueblo (patrimonio histórico, lingüístico, artístico, etc.).

4.- Las coordenadas fundamentales a las que hay que atender son las siguientes: cultura, cambios, actitudes básicas, valores, tiempo e historia.

III.- Una metáfora de la cultura y del conocimiento del mundo.

5.- La función de las buenas metáforas consiste en proporcionarnos una guía para movernos en el conocimiento y significación que damos a la compleja realidad. Por ejemplo, la metáfora del árbol.

6.- Opiniones. La metáfora del árbol nos sirve de momento para significar los distintos estratos y procesos en los que los humanos elaboramos ideas, creencias, comportamientos, ese conjunto al que llamamos “cultura”. En las ramas más finas de tal árbol, aquellas que caen y se renuevan, estarían las “opiniones” sobre las cosas. Un nivel primero de conocimiento del mundo en el que es relativamente fácil el cambio. Ortega y Gasset decía algo similar en relación a las ideas, cuando decía que podemos tener ideas y cambiar éstas por otras.

7.- Actitudes. En un segundo nivel estarían las ramas de mayor consistencia, las que necesitan períodos más largos para el cambio, las que contienen orientaciones generales sobre las que se establece nuestro comportamiento: aquí se asentarían las “actitudes”. Rafael López Pintor, definía la actitud como “la preferencia de una persona para decidir en uno u otro sentido respecto de algún asunto determinado, sea éste un problema político, una idea religiosa, una posición moral o un gesto estético”. En las actitudes aparecen entrelazadas los siguientes elementos: el informativo o cognitivo, el valorativo o afectivo y el comportamental.

8.- Estos tres elementos no siempre marchan armónicos, sino que con frecuencia en la vida real se disocian. Pensamiento, palabra y acción pueden ir de consuno o cada uno por su cuenta. Las disonancias pueden actuar contra el propio interés personal. Las conductas irracionales, se imponen, en ocasiones por encima del propio interés. Ello supone introducir incertidumbre a la imagen del hombre como “agente racional”.

9.- De todo ello se deducen resistencia para el cambio en este nivel de conocimiento y de comportamiento que es el de las actitudes. Exigen transformaciones sociales más profundas y por lo tanto más lentas. Transformaciones que tienen que vencer prejuicios y estereotipos muy arraigados.

10.- Valores. En las ramas más gruesas se asientan el mundo de los valores, de carácter más general y más durable, en donde las experiencias generacionales y el contexto histórico concreto son decisivos para su formación y cuyo cambio es de carácter lento y de larga duración. Los problemas y las reflexiones sobre la educación, la familia, el propio sentido de la existencia se insertan en un mundo de valores y son cuestiones que afectan a la raíz del individuo. Aquí los cambio son más difíciles. Max Weber llamaba a atención a decir que lo valores no pueden ser demostrados, sólo mostrar; constituyen el elementos fundamental ordenador de nuestras vidas.

11.- Chesterton decía: “Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa.”. Significa que los seres humanos no pueden vivir sin valores. La realidad nos empuja a elegir, establecemos una jerarquía de creencias y de valores. Los cambios culturales se han resistentes en este nivel, pues, las actitudes no se forman de forma aislada y por generación espontánea, sino que se articulan dentro de un sistema de creencias y valores.


12.- Este sistema de creencias se articula en un modelo que habla de centro y periferia. En el centro encontramos las actitudes básicas alrededor de tres núcleos que constituyen las raíces actitudinales de la persona: las que se refieren al entorno físico, al entorno social, a la imagen de uno mismo y la autoestima.

13.- Ése centro donde están nuestras creencias básicas, nuestra comprensión de la realidad, de nuestro entorno y de nosotros mismos, es extraordinariamente resistente al cambio. Más fácil de cambiar es en la periferia (ahí es donde inciden los “lideres de opinión”, las autoridades o grupos de referencia, familiares, políticas, religiosas, etc.,). Los sistemas de valores pueden ser de dos tipos: cerrados y abiertos. En los cerrados se asientan en la autoridad, la sumisión y e conformismo. La ventaja es la ilusión de un mundo estable y seguro. En los abiertos hay una mayor tolerancia frente a la ambigüedad y la incertidumbre.

14.- Compartir valores es, pues, la base de una comunidad o de cualquier grupo social, pero de la forma en cómo se comporten esos valores resultan comunidades o grupos sociales muy diferentes.

IV.- Vida personal y vida pública.

15.- En la raíz de nuestro árbol que nutre todo lo anterior estaría la base psicosocial esencial: la propia personalidad de cada uno que condiciona los valores, así como el tipo de sociedad histórica y concreta que proporciona un marco histórico determinado y una complejidad institucional en la que el individuo se mueve.

16.- Las líneas fronterizas entre actitudes, valores y personalidad psicosocial son difusa y su entrelazamiento puede adquirir todas las tonalidades posibles. En un estudio sobre “expectativas y preocupaciones” se constato “que la mayor parte de la gente está más preocupada por sus asuntos personales y los de su familia que por los asuntos públicos”.

17.- Lo que denominamos “entramado institucional” y formación de “personalidad” como fundamento de actitudes y valores suponen siempre una interacción compleja. Las actitudes responden a la propia necesidad básica de la personalidad individual y de las influencias decisivas de los “grupos de referencia”. Éstos son decisivos en la influencia sobre las actitudes: el grupo familiar y el grupo de iguales (en la escuela, en el trabajo y en general en el largo proceso de socialización, después), y en la medida que nos hacemos adultos, parece funcionar lo que los científicos sociales llaman “teoría de la atracción”, a saber: “uno tiende a orientarse como la gente que le gusta y como la que estima opinión mayoritaria”.

18.- Este concepto de grupos de referencia va unido a la posibilidad de pautas valorativas que podríamos llamar “marcadores generacionales”. Ciertas experiencias vividas conjuntamente crean una interrelación social y personal, con unos valores específicos de determinados grupos respecto a sectores de la realidad, que se diferencian de común de la sociedad, y que con frecuencia son el fundamento de cambios valorativos.

19.- Lo heredado y las experiencias nuevas constituyen un nuevo bagaje cultural, de forma que a los valores transmitidos en un proceso de socialización se suman o actúan como revulsivo y cambio los de las propias experiencias individuales y colectivas.



V.- Actitudes, comportamientos, valores.

I.- La necesidad de consonancia.

20.- El diccionario de la RAE define el sentido figurado de “consonancia” como “relación de igualdad o conformidad que tienen algunas cosas entre sí”. Una cierta consonancia y coherencia entre actitudes, comportamientos y valores, parece necesidad primaria en los seres humanos.
 
21.- Todo individuo establece su propio equilibrio consciente e inconsciente; con tal de que a él le funcione. Característica fundamental de los seres humanos es lograr cierta seguridad y permanencia respecto a sí mismo y a su medio. Cuando se trata de cambiar esos componentes esenciales aparece una resistencia al cambio. Los datos reales no son siempre fáciles de admitir. “Lo que se piensa como real es real en sus consecuencias” (R.López Pintor). Sólo el tiempo y a través de un proceso gradual, o de experiencias que trastocan ese fondo, pueden hacer cambiar ciertas actitudes y ciertos sistemas de valores que implican una visión general y coherente, para la persona, de ese triple mundo exterior, social y propio.

II.- Valores y conflictos de obligaciones.

22.- Václav Havel, ante los retos de un nuevo paradigma, el del pluralismo y la complejidad, afirma lo siguiente: “hay que aprender a vivir con huecos y fragmentos”, de que “todo no puede cuadrar con todo”. La constatación de que la extensión de la educación y de la cultura, o lo que es más grave, el hecho de que “ni la gran lectura, ni la música, ni el arte ha podido impedir la barbarie total (...), ha creado un vacío en el que forzosamente se tienen que reconstruir unos nuevos valores.

23.- Entre la utopía extrema y dogmática, por una parte, y, por otra, la banalidad de una demanda insaciable de consumo por unos ciudadanos instalados cómodamente en una “ideología victimista” que se consideran acreedores de todo beneficio y sin ninguna o poca obligación hacia los otros (Pascal Bruckner, La tentación de la inocencia), es necesario un punto intermedio.

24. Elegir es siempre un proceso doloroso, siempre se deja fuera algo. Ejercer la responsabilidad de elección supone tomar posiciones, establecer jerarquía de valores, es decir, pluralismo de valores no hay que confundirlo con el relativismo cultural, del todo vale. Estamos obligados a elegir, a valorar. Y esto supone elegir entre códigos morales y culturales interiorizados e incompatibles entre sí, lo que produce siempre desgarro.